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La personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configura nuestra manera de ser y nos diferencia de los demás y condiciona en gran medida la forma en que nos relacionamos con otras personas y también el trato que recibimos de ellas. Cuando el cliente interactúa con nuestra marca, tiene una serie de expectativas y espera una serie de comportamientos y formas de actuar.
Puede ser frustrante tratar con marcas que no aplican una coherencia entre lo que dicen ser y cómo realmente interactúan con el cliente. Las marcas deben conocer claramente qué y cómo son y cómo se relacionan con su entorno.
¿CÓMO ES TU MARCA?
¿ESTÁS CUMPLIENDO CON LA PROMESA?
La marca es una promesa que vende una experiencia y crea una expectativa. La promesa crea una sensación imaginada o anticipada de la vivencia o experiencia en el cliente. Con la promesa de marca conseguimos conectar una necesidad del consumidor con un beneficio de nuestro producto o servicio. Por lo tanto es un compromiso con nuestros clientes como respuesta a sus necesidades. Es un "contrato" que firmamos y nos comprometemos a cumplir con ellos. Toda la organización es parte de la experiencia y de la promesa de marca.
Una marca se construye a partir del conjunto de experiencias que vive un cliente con ella. La gestión de la marca no es solamente una identidad visual, sino también una expresión verbal y esta juega un papel fundamental en la percepción que se tiene de ella. Para comunicar con coherencia nuestra marca, la expresión visual y la verbal deben complementarse e ir de la mano.
La personalidad de la marca, su forma de ser, implica una guía de conducta para todos los que construyen la experiencia. Por lo tanto el personal es parte fundamental de la experiencia y de la promesa de la marca.
¿CÓMO HABLA TU MARCA?
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La marca y la cultura de la empresa han de estar totalmente integradas para que lo que se viva desde dentro (la cultura) y hacia fuera (la marca) sea lo mismo. La marca y sus valores son la expresión de lo que es la empresa y de las personas que le dan vida.
Estos tienen que ser conocidos, comprendidos e interiorizados por toda la organización. Es necesario operativizar la implementación de los valores de marca, su forma de comportase y hablar, lo que implica:
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su traducción en comportamientos y actitudes deseables de forma que el cliente lo percibe
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su traducción en beneficios y atributos de la marca en todos los puntos de contacto con el cliente
La formación parte de un manual de comportamiento para la gestión de la experiencia del cliente. Dicho manual define habilidades y comportamientos especificos que darán vida a nuestra marca verbal. A través de sesiones formativas, se emplea una estrategia y una metodología para incorporar comportamientos observables asociados a la personalidad de la marca en el discurso narativo interno de la organización.
¿QUÉ ES BRAND COACHING?
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